Los vellos que crecen bajo la piel, se conocen como encarnados, pueden formarse en seguida de una sesión de depilación efectuada por métodos que extirpan el vello junto con la raíz, es el caso, por ejemplo, de la cera o de la depilación eléctrica.
- Si el tirón no ha sido realizado en forma correcta, una parte del vello (incluyendo la raíz) podría quedar atrapado bajo la piel, sin volver a lograr perforar la piel y a salir. ¿El resultado? En lugar de salir en sentido vertical, el vello se desarrolla horizontalmente, con el riesgo de provocar una reacción inflamatoria y la formación de pequeñas pústulas.
lo que puedes hacer Antes que nada, debes resistir a la tentación de pellizcar los vellos encarnados: si lo haces, correrías el riesgo de lesionar la epidermis, provocando micro- cicatrices que en poco tiempo se transformarían en manchitas oscuras, todavía más antiestéticas.
- Para tratar de liberar el vello, efectúa una exfoliación una vez por semana (pero no con más frecuencia, para evitar que se irrite la piel) utilizando un producto con microgránulos.
- Si tu piel es muy suceptible a este problema, después del baño, aplica una loción exfoliante a base de alfa- hidroxiácidos, por lapso de una semana, ya que éstos ayudan a eliminar las células muertas que evitan que puedas llegar al vello. Evita aplicarla justo después de la depilación: espera al menos 48 horas para permitir que la piel reconstruya su barrera de protección natural.
- Si el problema se presenta con frecuencia, finalmente, puedes pensar en un método de depilación definitiva, como el láser que destruye la raiz del vello, impidiendo que vuelva a crecer.
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